martes, 20 de mayo de 2014

Rompiendo inercias

Vendredi Saint en Castille (Viernes Santo en Castilla)

Alguien que marchó una temporada a estudiar pintura a Bruselas, a finales del siglo XIX, a su vuelta a España y todavía con la mente puesta en las vanguardias, qué fue lo que encontró en su tierra: una nación atada a las tradiciones, a los ritos, un país que daba la espalda a la ciencia y la técnica. En ese contexto, el artista decidirá pintar y resaltar incluso hasta lo grotesco, aquellos aspectos de la cultura hispana que más espanto, y al mismo tiempo atracción, le causaban. Sus cuadros sobre tétricos cementerios, mujeres enlutadas, procesiones silenciosas, proyectan esa incomprensión, y fascinación no obstante, que al artista inquietaron. Por ejemplo, en el lienzo que encabeza (Viernes Santo en Castilla), el artista representa lo tradicional en el lado de abajo (esa procesión en negro con la enhiesta imagen en andas) y la ciencia y la técnica arriba (la oscura locomotora con su alta chimenea. A propósito, parece por su analogía una broma: la imagen del santo, la chimenea). Imaginamos que el pintor no es un espectador neutral, sino que deseaba para su país el lado de arriba, y, tal vez, no sea una asunción excesiva pensar que, hoy en día, tampoco nosotros disentimos de él.

A este choque cultural entre el pintor y su país ha de añadirse otra circunstancia agravante: la luz cegadora. Para un paisanín de Ribadesella pasado por los años de aprendizaje en Bélgica, las condiciones ambientales de la España no atlántica debían de parecerle un reto. Su paleta de colores se había acostumbrado, en el norte de Europa, a una atmósfera velada de matices, y no se llevaba bien con la agresividad del azul, y la abrumadora omnipresencia del sol.

Por ello, a veces, busca el refugio de la noche.



La concha, nocturno

O el descanso en el ambiente más suave de la atmósfera cantábrica


Baño en Rentería

El Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Thyssen-Bornemisza y el Museo Carmen Thyssen Málaga se alían para mostrar una exposición sobre el pintor asturiano Darío de Regoyos. Un artista viviendo en el exilio de sus colores y de su ideario.