domingo, 31 de julio de 2016

No olvidar

No hay país que pertenezca a un solo hombre.

Qué poco hemos cambiado desde los albores de la civilización: siempre desconfiados hacia toda autocracia. Y cuánto nos ha costado -cuántas vidas y padecimientos- dejar atrás las tiranías, dictaduras, despotismos, y demás ralea (algo que conviene no olvidar). Por eso, ayer y hoy, la reflexión política que escribió hace dos mil quinientos años Sófocles, en Antígona, no ha perdido vigor. Y que nunca lo haga, pues renueva nuestro compromiso con lo que hemos alcanzado, y lo que habría de ser en todo el orbe, definiendo una referencia contra cantos de sirena, o falsos ídolos de barro, a lo largo de la historia.

Ah, y gracias al grupo de teatro La Bicicleta por traernos al autor griego.