lunes, 14 de diciembre de 2015

A ver...

Se dice que Murillo pintaba los niños como nadie. Pero no se trataba de pintar por pintar la esencia de la infancia.
En este lienzo se me fueron los ojos ante la definición misma, en imagen, de la curiosidad (a ver...). Para hacer esto no basta con imitar. Uno tiene que sentir en cierto modo como un niño, que es todo ojos y ansia por descubrir. Y qué busca. Seguramente que le quieran, seguramente espera que aquel, a quien está mirando, le tome en brazos con el mismo amor que su plena de confianza madre. Tal vez esta representación tenga muy poco de anecdótica.
Virgen de la servilleta

Ese juego de miradas lo vuelvo a encontrar en otra imagen del pintor sevillano. Más cuadros tratan la misma o parecida escena pero no hallo, como en éste, esa complicidad entre ambos personajes. Casi no hace falta lo de la esfera que está pisando el del cíngulo.
San Francisco abrazando a Cristo en la cruz


Comentarios basados en : la guía del Museo de Bellas Artes de Sevilla

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. En algún aspecto este artista es un pintor de miradas, de palabras sin palabras, de comprensiones mutuas, de confianza de los unos en los otros.

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  2. Sí, la verdad. Si no lo señalas, no lo veo. El segundo cuadro, del de San Francisco, ya me gusta. Y los niños flotantes, la verdad, es que le da un toque inesperado. Tan normal ayer, tan extraño hoy.
    Pero lo tremendo es esa mirada infantil del primer cuadro. Indescriptible. Hay una pizca de impaciencia, y hay un mucho de fresco y limpio. Quizá sea eso. Técnica sobresaliente y un ser capaz de mirar a través de un niño.
    Saludos.

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    1. Es verdad, impaciencia. No puede quedarse ahí, quieto, ante nuevos amigos a los que descubrir, que somos todos. Formamos parte de la obra, pero no como meros espectadores que reflexionan sobre ella sino como seres que sienten, que participan del drama, el drama de la vida.

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  3. Hola dafd, es muy cierto que Murillo ha sido el mejor pintor en captar la mirada infantil y los gestos de los niños, no tienes nada más que mirar los cuadros donde tiene tiene niños pintados, son de un gozo increible, sus caritas son como estrellas de luz, por donde se asoma su alma infantil, el que has puesto en tu entrada no se corresponde con su caracteristica de transmitir la emoción del que mira el cuadro, es muy cierto.

    Cristo abrazado por San Francisco, para mí creo que la bola que hay a sus pies, puede representar el mundo, y le pisa porque por nosotros que habitamos en este mundo, Cristo murió. Pero es muy cierto que estas dos pinturas de Murillo distan mucho de la mayoría de sus demás cuadros.

    Dafd, te deseo una feliz Navidad y mucha felicidad hoy y siempre.
    Un abrazo con cariño.
    Ángeles

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    1. Gracias. Que tengas unas felices fiestas.
      Si, es verdad, la esfera debe de representar el mundo.
      Ella, la madre, parece estar absolutamente confiada (tal como enseña al niño como si bridándonoslo) en la bondad natural del espectador, del mundo. Tiene razón Murillo, debe tener razón al confiar también él, como hacedor de esta obra llena de pasión.
      Un abrazo

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