miércoles, 9 de junio de 2010

El Planeta Gris 1/12

Algunos dirán que me conformo con cualquier cosa. Y es verdad, que ya sólo por llegar aquí me doy por contento. Después de recorrer el camino de ida, lo que queda es el de vuelta, ¿y no he de creerme feliz por tachar días del calendario? Otros habrá dispuestos a discutirme la buena de que falta menos para volver a casa. Pero el caso es que esta es una verdad bien fácil de entender: cuantos más días pasen menos quedan para la vuelta. Y yo soy un tipo sencillo, Neno, un sargento vulgar asistente del jefe, y mis pensamientos están tan al alcance de la mano como creer que llegar a nuestro objetivo, el Planeta Gris, es haber llegado muy lejos, tanto como a la mitad de nuestra misión.
Ahora empieza una aventurilla que nos dará para unos días. De momento nuestra nave de salvamento V-50 lleva gravitando en órbita estacionaria, a este planeta, desde hace cuarenta y ocho horas. Hemos de ser prudentes. Hay que hacer un sinfín de comprobaciones antes de zambullirnos en su atmósfera. Si hubiese sido un viaje normal de abastecimiento a nuestra base One no habríamos elevado el estándar de prudencia tantos puntos, prácticamente hasta el nivel de viaje exploratorio, pero teniendo en cuenta los motivos de nuestra misión hemos de andar con cuidado. Cabe la posibilidad de que, tras lo que sucediera, se comporte como un planeta desconocido.
Mas qué será lo que aprieta a nuestros competidores en la Tierra que cuando llegamos aquí, ya había otros dos vehículos espaciales echando raíces, abajo, en el suelo. Eran de otras naciones.
Imagino cómo han hecho para llevarnos tanta ventaja, pues deberíamos haber llegado con ellos. Desde luego no hay ninguna magia funcionando, porque conocer el incidente y preparar la excursión, más o menos, a todos nos sale por lo mismo en tiempo. De modo que sólo hay una variable en la que se puede ahorrar horas: la seguridad de la tripulación. Y ya sé yo que hay agencias espaciales y agencias espaciales. La única diferencia entre unas y otras no consiste en la tecnología sino en las ganas de traer de vuelta vivos a los astronautas. A muchas les llega con los datos enviados. Si en el camino, lo que no viene son los testigos, tanto les da. De momento yo trabajo para una empresa que sí se toma en serio la supervivencia de la tripulación.
Bueno, parece que bajamos. He de cerrar este diario.

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