lunes, 21 de junio de 2010

El Planeta Gris 6/12

La teniente Mode y su marido, nuestro experto en comunicaciones Peps, han sido arrestados por orden del capitán hasta nuestra vuelta a la Tierra, acusados de desobediencia. El jefe ha cogido y ha elevado a segundo a un joven alférez recién bañado en la academia del aire. Todavía en leche, de puro tierno, se partiría de un soplo. No hay más que verle la cara: miedo hasta en el pelo.
La oficial encerrada dijo que protestaba por cómo el superior al mando está llevando la crisis, haciendo caso omiso a las oportunidades que se ofrecen. ¡Menuda regañina! Nada menos que "protestaba".
El capitán tiene caparazón por piel y no se le meneó un pelo a pesar de la pataleta de la otra. Dijo que le había venido gran sentimiento por el lío montado y que la teniente tenía algún mal en la sesera, lo que haría constar como atenuante de su traición. Yo, que estaba junto al capitán, como sargento asistente suyo, no vi sentimiento alguno en él. Pero así quedó bien.
Siento mucho el arresto. Confiaba en la segunda a bordo para salir de esta. Ahora empiezo a dudar que lo logremos. Y no lo digo por decir. Esta mañana el cabo que patrullaba por la sentina del transporte de desembarco ha desaparecido. Por las bravas.
A partir de ahí todo ha ido a peor. Al tratar de comunicar el hecho a nuestra nave nodriza en órbita, la V-50, no han contestado. Lo que nos ha llenado de preocupación. El capitán ha despachado a un grupo en un transporte de desembarco para que vaya allí arriba a investigar lo que ocurre.


–Señor, hemos perdido contacto con la nave de desembarco también.
Los hombres en cubierta que rodeaban al capitán murmuraron entre sí, consternados. Algunos levantaron la voz, preguntándose por los compañeros que subían hacia la V-50. El capitán, haciéndose permeable al sentimiento general, abrió canal con el módulo que acababa de partir. Nada, ninguna voz atendía a su llamada.
El alférez se atrevió a sugerir al capitán que había otras maneras de establecer contacto.
Lo intentaron usando canales de emergencia, incluso recurrieron a antenas independientes desplegadas por el terreno. La señal no llegaba, quizá bloqueada por alguien, especuló un soldado.
–Nos habríamos dado cuenta –opinó Ofisi, el compañero de Peps, de comunicaciones.

Ayer, el capitán parecía dar por muertos a los chicos que iban en el transporte de desembarco y hoy, al enfocar los detectores a la zona del espacio donde debería de estar dicho transporte ya no había nada. A no ser unos restos en suspensión. No nos atrevemos a pensarlo, pero tiene toda la pinta de que esos pedazos son los de nuestra nave de desembarco. Todos nosotros, incluido el capitán nos llenamos de pesar. Sí, el capi también, a pesar de lo distante que parece, a veces, hacia nosotros, que de tan desapegado se diría que no es un patriota.
Por lo demás, seguimos como antes, sin recibir señal alguna de nuestra nodriza. La gente empieza a murmurar y a ver peligros por tadas partes. Nuestra falta de comunicación con la V-50 puede deberse a una avería, por supuesto, pero existen más causas, por ejemplo un sabotaje. Que ¿quién se metería en ese fregado? De todas las bases que hay en este planeta, únicamente hay dos operativas aparte de la One: la Alfa y la Megatre. El resto no da señales de vida. Teniendo en cuenta las armas que hay a disposición en cada una de esas dos, se pueden volar estaciones, naves, transportes de desembarco, todo. Tenemos que cuidarnos por nosotros mismos y no ser ingenuos.

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